Si existe una hortaliza que por excelencia se asocie con el otoño esa es la calabaza. Su color naranja, similar al de las hojas que caen de los árboles caducos, y su simbolismo asociado a la Noche de las Ánimas hacen que pensemos en ella cuando llega, sobre todo, el mes de octubre.
Sin embargo, en la Muestra Agroecológica comienzan a verse ya en agosto y septiembre. Las podemos encontrar de muy diferentes variedades, pequeñas, gigantes, alargadas, curvadas, en forma de lágrima, naranjas, más amarillas, etc. Todas ellas son perfectas para la cocina, aunque a la hora de las recetas, ganan por goleada las cremas y purés.
A pesar de que convivan con una connotación negativa en nuestro vocabulario, no podemos estar más contentos de que llegue la temporada para que «nos den calabazas»..